ECUADOR: Polaridad e Indefinición Electoral
- Alejandro Deustua
- 10 feb
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 19 feb
11 de febrero de 2025
Si AmĆ©rica Latina pierde peso en el escenario global, su alto nivel de fragmentación es, al respecto, un responsable mayor. Este factor define tambiĆ©n a sus sociedades y a sus sistemas electorales. Ā
Entre otros, éste es el caso del Perú de cara a las elecciones del próximo año y del Ecuador donde la primera vuelta ha mostrado gran polaridad a ser resuelta en abril próximo.
Estas dos pequeƱas potencias son calificadas como āeconomĆas de ingreso mediano altoā por el Banco Mundial que a tales efectosĀ no considera su intensa vulnerabilidad al comportamiento de los mercados externos.
Este factor tiene un rol creciente bajo condiciones de inestabilidad sistĆ©mica y de manipulación comercial por la gran potencia que deberĆa generar estabilidad. El riesgo de un shock externo mayor al mero impacto proteccionista se ha incrementado. Los pequeƱos estados de alta vulnerabilidad deberĆan haber previsto coberturas económicas y polĆticas del caso.
Ćste no es el caso en el Ecuador donde los resultados de la primera vuelta electoral muestran una diferencia de apenas 0.2% entre la candidatura del presidente Noboa y su rival, Luisa Gonzalez. Los problemas de gobierno que anticipa esa pequeƱĆsima diferenciaĀ no han sido resueltos en las provincias (donde el oficialismo obtuvo la mayorĆa) ni en los cantones locales (donde la oposición triunfó). La esperanza de que el presidente Noboa fuera reelecto en primera vuelta se disolvió Ā indicando que el consenso frente a la crisis externa serĆ” difĆcil de lograr.
De momento, el āempate tĆ©cnicoā en la contienda presidencial implica conflicto latente entre dos propuestas. LaĀ oficialista de ordenĀ social (que requiere triunfo en el āconflicto armado internoāĀ contraĀ las āorganizaciones terroristasā) y económico (que requiere equilibrio de cuentas para āfortalecer la seguridad, el empleo y la protección a los mĆ”s vulnerablesā). Y la de la oposición que enfatiza prevenciónĀ y respeto de los derechosĀ en la lucha contra la violencia Ā yĀ justicia redistributivaĀ y democracia participativa para el orden social.
Por lo demĆ”s, el origen ideológico de los contendores tampoco augura ese consenso. Un conservador moderado en busca de transición liberal en el Partido de Acción DemocrĆ”tica (Noboa se autodefine como de centro-izquierda mientras su antagónica vicepresidente, Verónica Abad, se identifica como āliberal clĆ”sicaā) y una populista de izquierda que representa al correĆsmo en el Movimiento Revolución Ciudadana afiliado, a su vez, al Foro de Sao Paulo no son proclives a la cercanĆa. El nudo gordiano serĆa desatado porĀ las minorĆas (comoĀ el indigenistaĀ Movimiento Pachacutik,Ā que alcanzó 5.3% de los votos).
De otro lado, la simultaneidad de crisis complejas que afectan al Ecuador agudizan el antagonismo polĆtico. A Ć©l contribuyeĀ la persistente crisis de seguridad a pesar de la disminución de los homicidios en 16% (que sigue superando las tasas de 2022 -HRW-), de los mĆ”s de 60 mil arrestos Ā y de la incautación de 280 toneladas de droga ilĆcita (que no implica aĆŗn la disminución terminal de organizaciones criminales, InSightCrime). Y tambiĆ©n la crisis hidroenergĆ©tica Ā que, debido a la sequĆa, implicó apagones generalesĀ durante meses Ā en un paĆs abundante en hidrocarburos mientras la hidroenergĆa representa mĆ”s del 70% de la oferta. Esta crisis se ha reflejado en una contracción económica Ā de -0.4% en 2024 con una proyección de crecimiento de apenas Ā 1.2%-1.6% este aƱo (FMI).
Por lo demÔs, la implicancia de la elección ecuatoriana no es sólo interna. Si triunfa la Sra. GonzÔlez, la región volverÔ al atascadero regional del socialismo del siglo XXI quizÔs con mayor implicación de China y Rusia. Y si triunfa el Sr. Noboa, la asociación con Trump quizÔs se torne mÔs visible que la de su concurrencia a la trasmisión de mando del presidente norteamericano. Allà fue acompañado por  los presidentes de Argentina y El Salvador, Javier Milei y Nayib Bukele.
En efecto, teniendo como referencia la relación especial establecida entre el presidente Milei y el presidente Trump (y el movimiento Patriotas europeos) y el propósito del Secretario de Estado Rubio de establecer mecanismos de cooperación con los paĆses centroamericanos en torno a los intereses norteamericanos de atajar la migración ilegal y el flujo de narcotrĆ”fico, es posible esperar que un nuevo gobierno del presidente Noboa empiece aĀ extender ese vĆnculo de CentroamĆ©rica a SuramĆ©rica. Especialmente si el presidente Trump desea asociaciones con lĆderes afinesĀ antes que con aquellos que pueda forjar intereses compartidos. Ā Ello serĆa ventajoso para una parte de la región pero no para otra que la Sra. GonzĆ”lez representa.
En el Ć”mbito vecinal, las relaciones del PerĆŗ y Ecuador estĆ”n institucionalizadas en los gabinetes binacionales y el Plan Binacional de Desarrollo Fronterizo. Eso es bueno. Pero en tiempos de fuerte cambio sistĆ©mico estos mecanismos pueden ser insuficientes. Especialmente en un escenario regional donde la integración no remonta la deficiencia de sus economĆas y de sus lĆderes.




