Parsimonia Frente a una āTormenta Perfectaā en los PaĆses en Desarrollo
- Alejandro Deustua
- 23 may 2022
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23 de mayo de 2022
A pesar de las alertas de la SecretarĆa General de la ONU, del FMI y de otros organismos multilaterales sobre los inmensos riesgos económicos globales -especĆficamente, los que afectan a los paĆses desarrollados- generados por el conflicto en Europa del Este, los analistas en los paĆses beligerantes parecen āautocentradosā.
En efecto, sus preocupaciones van desde la definición del conflicto (Āæse tratada de una agresión o una guerra?, Āæes una guerra proxy?, Āæcómo calificar a las āoperaciones militaresā rusas?) pasando por un replanteamiento del rol estratĆ©gico de la Unión Europea y la OTAN, las nuevas alianzas, el liderazgo en un nuevo orden mundial y los efectos económicos del conflicto en las economĆas desarrolladas.
En relación a este Ćŗltimo punto, si el precio del petróleo y de productos bĆ”sicos aumentan conforme se deterioran las denominadas cadenas productivas y logĆsticas, el resultante inflacionario parece ser asunto que espanta mĆ”s a los consumidores e inversionistas de las grandes locomotoras de la economĆa global.
Si esta preocupación es sesgada, es bien real. La atención brindada a la fuerte caĆda de los papeles que se transan en los principales mercados de valores, a la volatilidad de los rendimientos en los mercados de bonos, al incremento de intereses por el FED o al aumento de las primas de riesgo son asuntos que los decisores parecen plantearse en tĆ©rminos centrĆpetos.
Si estamos frente a la inminencia de una estanflación global o a un cambio de tendencia de largo plazo en los mercados bursĆ”tiles es asunto que los actores en esos mercados parecen considerar en lo que les toca mientras la atención en los demĆ”s (digamos, los āperifĆ©ricosā) no preocupa demasiado. Finalmente, Ć©stos miran y asumen las consecuencias.
No planteamos esta evidencia como una muestra mĆ”s de las diferencias entre paĆses desarrollados y en desarrollo reiterando los escenarios del siglo pasado. Mucho menos cuando una buena mayorĆa de los paĆses en desarrollo respaldaron la condena de la agresión rusa contra Ucrania en los primeros dĆas de marzo pasado. Lo hacemos de cara a la evidencia de que la brecha entre unos y otros se va ampliando tal como se van incrementando las brechas sociales dentro de cada una de las pequeƱas y medianas economĆas afectadas por la crisis bĆ©lica de Europa del Este.
Tampoco es Ć©ste un reclamo suplementario si se considera que las instituciones multilaterales globales (el FMI, el BM) y regionales (el BID) sĆ estĆ”n al tanto de la problemĆ”tica y, en consecuencia, han establecido o fortalecido las āfacilidadesā de asistencia que, con mayor o menor suficiencia, debieran ocuparse de la mitigación de la crisis (uno de los mecanismos concernidos tiene compromisos de financiamiento por US$ 400 mil millones).
Pero no es esta preocupación la que aparentemente prevalece o destaca. En efecto, segĆŗn la SecretarĆa General de la ONU, UNCTAD y el Grupo de Respuesta Global a la Crisis (Global Crisis Response Group) creado por la instancia que dirige Antonio Guterres esos compromisos financieros son reales pero no estĆ”n operativos. Pero el hecho no recibe gran atención.
Ello a pesar de que movilizarlos es asunto de la mayor urgencia a la luz de la magnitud de la crisis. Ćsta es ya definida por la UNCTAD como una ātormenta perfectaā conformada por la interacción destructiva de las crisis alimentaria, energĆ©tica y financiera. Alrededor de 107 paĆses ya son fuertemente vulnerables a por lo menos un extremo de esta crisis tridimensional mientras que 69 economĆas nacionales estĆ”n expuestas a las tres dimensiones de la misma.
Esa apreciación no proviene de una investigación descontextualizada. Se da en el marco del diagnóstico de la economĆa global que sistemĆ”ticamente produce la ONU. Y Ć©ste constata una desaceleración global de 4% (enero) a 3.1% para el aƱo con Estados Unidos cayendo de 5.7% (2021) a 2.6% mientras China y la Unión Europea se ralentizan en 0.7% y 1.2% a 4.5% y 2.7%, respectivamente. Con las locomotoras del crecimiento perdiendo energĆa los paĆses en desarrollo pierden sustentabilidad en el rango que va de 6.7% (2021) a 4.1% este aƱo mientras AmĆ©rica Latina pasa de 6.6% en 2021 a 2.1% ahora.
En ese contexto la inflación promedio global serĆ” de 6.2% (vs 2.9% en el perĆodo 2010-2020, mientras la inflación latinoamericana se aproximarĆa al 14% en el aƱo). En ese escenario las salida netas de capital en las economĆas emergentes se aceleraran (en el PerĆŗ han fugado US$ 16 mil millones en el Ćŗltimo aƱo -Gestión-) mientras se incrementa el costo del financiamiento y se contrae el espacio fiscal especialmente para los importadores netos de alimentos y energĆa.
Sin duda que los paĆses liberales del Ć”rea (o lo queda de ellos) seguirĆ”n respaldando a Ucrania y sus asociados (especialmente si la guerra se sigue escalando). Pero, de manera paralela, el financiamiento multilateral disponible para atajar una crisis no causada por los paĆses en desarrollo debe materializarse. Si para ello se requiere una solución global como plantea el Secretario General de la ONU ello tambiĆ©n reclama una mayor atención global a la problemĆ”tica. Empezando por la próxima Cumbre de las AmĆ©ricas.




