La Dictadura se Consolida en Venezuela

La dictadura de Maduro se ha consumado. Y se ha hecho abusando de la indefensión de una ciudadanía sometida a la miseria económica y al abuso político cuya reacción los partidos de oposición no han podido congregar suficientemente.

El bastardo status política que ha adquirido Maduro y su cúpula apoyada por 20% de desesperados se ha construido a lo largo de los años, a la vista de todos y sin la reacción eficaz de la comunidad americana (es decir, con un grado de complicidad).

Primero fue la conducta autoritaria de Chávez, de la que Maduro aprendió sus usos y raciocinios, y luego el progresivo copamiento de las instituciones y de los poderes del Estado que impidieron la expresión electoral (luego de que Chávez hiciera uso lúdico de ella mediante el referéndum).

Hoy el Tribunal Supremo de Justicia, poblado de funcionarios oficialistas, ha privado a la Asamblea Nacional de sus poderes de control y legislativos y asumido funciones parlamentarias.

En consecuencia ya no cabe duda que el orden constitucional que debe activar el proceso reconstitutivo de la Carta Democrática no requiere de comisiones investigadoras. Por tanto, las misiones que intenten procurar el restablecimiento de la institucionalidad deben limitare en el marco del artículo 20 de esa Carta, a establecer las condiciones para la celebración de elecciones a la brevedad en Venezuela y a abrir los canales de ayuda humanitaria que el gobierno impide.

Como Maduro no cederá, la decisión de suspender a Venezuela del sistema interamericano debe estar condicionada no a las promesas del dictador sino a su inmediata reversión de curso.

Con el objetivo de lograr elecciones generales en Venezuela, como lo reclama el presidente de la Asamblea Nacional, la tarea comunitaria consiste ahora en obtener los dos tercios de los votos necesarios para la suspensión de Venezuela, consolidar el trabajo efectivo de aislar y presionar globalmente a la dictadura y consolidar canales de afluencia de ayuda humanitaria que Maduro no puede impedir sin incurrir en crimen de lesa humanidad.

Al respecto la degradación de las relaciones diplomáticas no basta.