Comercio Latino, Buen Desempeño Influido por Exportación de Commodities y la Perspectiva Contractiva
- Alejandro Deustua
- 27 dic 2011
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Luego de la fuerte retracción de comercio global en el 2009 (-12%) y de su importante recuperación del aƱo siguiente (14% por volumen), este aƱo debiera registrar una contracción de las colocaciones globales debido al impacto de la crisis de la Unión Europea. Aunque algunos estiman que el comercio global crecerĆ” este aƱo menos de 6.5%, sobre ello no existe aĆŗn estadĆstica de la OMC. Sin embargo, en lo que se refiere a los intercambios de AmĆ©rica Latina, se puede afirmar mĆ”s bien que el impacto de esa crisis se ha retrasado si se toma en cuenta la información preliminar del BID (1).
En efecto, según esa entidad, las exportaciones regionales crecerÔn este año 26% y las importaciones 24%. Este robusto comportamiento, retratado en un incremento de 24% de las exportaciones extrarregionales, queda confirmado con la proyección de un aumento de 26% de las exportaciones intrarregionales según la citada entidad interamericana.
Sin embargo, esos buenos registros cuantitativos estĆ”n fuertemente calificados por la demanda extra-regional de productos bĆ”sicos. De esa caracterĆstica, quizĆ”s escape MĆ©xico (a pesar de la incidencia petrolera) debido a su fuerte imbricación con la economĆa norteamericana y a la influencia del NAFTA como factor de su diversificación productiva.
Pero de la influencia determinante del incremento de los precios de los commodities en AmĆ©rica Latina no se escabullen ni las exportaciones de Brasil (considerado ya la sexta economĆa del mundo) ni de Argentina (que, dentro de su menor importancia, sigue siendo una economĆa grande en el Ć”rea). La explicación es simple. Mientras que los precios de las materias primas han crecido, desde el 2002, de 100 a alrededor de 280 puntos bĆ”sicos en la escala del BID, los precios de las manufacturas lo han hecho sólo en alrededor de 50 puntos de esa escala. Es mĆ”s, en el Ć”mbito suramericano, quizĆ”s se deba a su condición esencialmente primario-exportadora que los paĆses andinos registrarĆ”n este aƱo el mayor crecimiento de ventas en la región (37% en promedio, con Colombia y PerĆŗ encabezando la lista con tasas de 43% y 36%, respectivamente). Ello se debe a que los precios del petróleo y de los minerales han crecido mĆ”s que los de productos alimenticios beneficiando a los andinos sobre los conosureƱos del AtlĆ”ntico.
En una perspectiva sistĆ©mica, esa ventaja andina se revierte, sin embargo, en tanto la balanza comercial con el MERCOSUR es persistentemente favorable a Ć©sta Ćŗltima agrupación (2). Pero aĆŗn si pudiera marginarse ese hecho, los beneficios de ese comercio deberĆan haber fortalecido la convergencia de los procesos subregionales de integración suramericanos aunque ello no se reflejase necesariamente un incremento en los estĆ”ndares de vida.
Esa hipótesis, sin embargo, estĆ” en cuestión a pesar de que los intercambios entre los paĆses de la CAN y el MERCOSUR han crecido cinco veces en el perĆodo 2001-2010 (de US$ 3570 millones a US$ 16515 millones) mientras que el dĆ©ficit andino se ha incrementado en similar proporción (de āUS$ 1670 millones a āUS$5841 millones en el perĆodo). En efecto, si los andinos hubieran importado esencialmente bienes de capital del MERCOSUR el efecto multiplicador de ese tipo de intercambio se habrĆa traducido en alguna aceleración del muy incipiente proceso de industrialización andino disminuyendo marginalmente el impacto de la relación ānorte-surā atribuido a esa relación comercial.
Sin embargo, la estadĆstica de la CAN no confirma que ello se haya producido en tanto no escasa proporción de la oferta exportable del MERCOSUR ha estado integrada tambiĆ©n por commodities (en este caso, productos agropecuarios como la soya) al tiempo que los andinos no han diversificado importantemente su oferta exportable (Bolivia, principal exportador al MEROCUSUR, vende esencialmente gas a ese grupo de paĆses).
Si este hecho obedece al efecto del incremento del precio de los productos bĆ”sicos en la oferta exportable de los paĆses mĆ”s avanzados de la región, implica tambiĆ©n una involución de la calidad del mercado regional que debiera estar consumiendo crecientemente productos de origen local con creciente valor agregado. En lugar de ello, el patrón primario-exportador parece ha invadido tambiĆ©n el Ć”mbito intraregional en los Ćŗltimos aƱos.
Por lo demĆ”s, el buen crecimiento de las exportaciones intrasubregionales andinas en el aƱo (alrededor del 20% segĆŗn el BID) no parece suficiente para incrementar su baja incidencia en las exportaciones globales de la subregión (alrededor del 10% del total). Y a pesar de que la situación es mejor en el MERCOSUR, los niveles de integración de ese grupo no parecen haber mejorado sustancialmente. En efecto, mĆ”s allĆ” del proteccionismo creciente allĆ, este aƱo el incremento de las exportaciones dentro de ese mercado serĆ” de 26% contribuyendo a una participación de 15% en sus exportaciones totales. Ello estĆ” por debajo del 20% alcanzado en Ć©pocas pasadas.
Esta situación podrĆa estar configurando un panorama de decreciente calidad de la interdependencia suramericana. Ello cambia, en tĆ©rminos de comercio intra-regional, si se tiene al Hemisferio como marco. Es allĆ donde el incremento del comercio intra -regional muestra todo su peso. En efecto las exportaciones del MERCOSUR al Hemisferio ascienden al 38% y las andinas a 56% superando largamente a las exportaciones intrasubregionales. Este Ć”mbito incluye las exportaciones al NAFTA. Si ello muestra la importancia del mercado norteamericano para los suramericanos, tambiĆ©n indica el fuerte peso del comercio extrarregional en SuramĆ©rica: MERCOSUR y la CAN exportarĆ”n fuera de Ć”rea (es decir, al mundo) 28% y 37%, respectivamente segĆŗn el BID.
Ello muestra claramente una mejor inserción comercial por destino. A la luz de la crisis, sin embargo, esta evolución regional debe merecer la adopción de medidas que amortigüen la probable caĆda de las exportaciones suramericanas a los Estados Unidos y a la Unión Europea.
Ello implica esencialmente mayor promoción a la luz de la importancia de esos mercados para paĆses que, como el PerĆŗ, encuentran en esos escenarios destinos fundamentales. En efecto, en el 2010 Estados Unidos, con 16.7% del total, fue nuestro primer destino exportador y algunos paĆses de la UE āAlemania, Italia, EspaƱa- sumaron alrededor del 10% mientras que Suiza, que no es miembro UE, absorbió 10.8% del total. Como es evidente, muy buena parte de esas exportaciones no podrĆ”n ser desviadas a China (responsable de 15.3% del total en el 2010).
A esa tarea promotora debe contribuir Estados Unidos especialmente si, segĆŗn el USTR, esa potencia pretende duplicar sus exportaciones globales hacia el 2014 y considera a AmĆ©rica Latina como el mercado de mĆ”s rĆ”pido crecimiento (82% entre 1998 y 2009 vs. 72% con Asia y 51% con la UE segĆŗn el Congreso de ese paĆs). Para ello se requiere una implementación Ć”gil de los acuerdos de libre comercio y un fuerte empeƱo antiproteccionista.
Lo mismo debe demandarse de la Unión Europea que, en el 2010, se reconocĆa, con 13.6% de participación de las exportaciones latinoamericanas, como el segundo socio comercial de la región (al tiempo que AmĆ©rica Latina representa 6.2% de las exportaciones totales de la UE) segĆŗn la Comisión Europea.
Si el 2012 serÔ comercialmente contractivo, la prospección de nuevos mercados deberÔ acompañarse de la minimización de daños en los mercados tradicionales y de protección de la plaza ganada.




