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  • Marcelo Ostria Trigo

¿América Cambia?

Estados Unidos, que durante décadas no prestó suficiente atención a sus vecinos del Sur, está dando muestras de su disposición a acercarse a ellos. En mayo pasado, el presidente Barack Obama visitó a sus colegas de México y Costa Rica, y el vicepresidente estadounidense, Joseph Biden, viajó a Colombia, Trinidad y Tobago y Brasil. Por su parte, el presidente de Chile Sebastián Piñera visitó Washington y firmó importantes acuerdos bilaterales y el presidente del Perú, Ollanta Humala, viajó el 10 de este mes a la capital estadounidense, en visita oficial. Se ha informado que en octubre lo hará la presidente brasileña Dilma Rousseff y que el presidente uruguayo, José Mujica, también tiene previsto visitar a su colega estadounidense.

Mientras tanto, surgió un asunto urticante: el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, anunció que, “en este mes que comienza, el mes de junio, la OTAN va a suscribir un acuerdo con el Gobierno colombiano, con el Ministerio de Defensa, para iniciar todo un proceso de acercamiento, de cooperación, con miras también a ingresar a esa organización". La OTAN, ha confirmado que cooperará a Colombia, aunque no le concederá la membrecía por razones geográficas. El ministro de defensa colombiano, Juan Carlos Pinzón, aclaró que Colombia quiere “ser un socio en la cooperación (de la OTAN) como lo son ahora Australia, Nueva Zelanda y Japón”. Por cierto, esta organización no operará en nuestra región.

Las airadas protestas contra la cooperación de la OTAN a Colombia, se dirigieron también contra Estados Unidos, que encabeza este bloque desde su origen. Fue la continuación de la animosidad que se venía acentuando por la frustración “bolivariana” ante la aguda crisis política y económica de Venezuela.

Sin embargo de lo tenso del panorama, se ha producido un nuevo giro. El gobierno venezolano de Nicolás Maduro, que daba señales de que nunca abriría canales de diálogo con el “imperio”, ahora, acorralado por la carestía, la inflación y la inseguridad, hizo lo impensado: su ministro de relaciones exteriores, Elías Jaua, se reunió con el Secretario de Estado, John Kerry con quien acordó “el establecimiento de un canal de comunicación directo entre los dos gobiernos ‘para aclarar cualquier diferencia’ en el futuro” (EFE, América Economía. 07.06.2013). Maduro, luego, aseveró que esta reunión entre los cancilleres de Venezuela y Estados Unidos “demuestra el entendimiento entre Caracas y Washington”.

Muy pronto el gobierno de Bolivia, por primera vez salió al paso: “En esto no seguirá a Venezuela”. ¿Se trata, entonces, de una señal de que, desaparecido Hugo Chávez, ya hay fisuras entre los miembros de la ALBA? Esto no sería extraño, como tampoco sorprendería que ya haya comenzado el ocaso del neo populismo.

También hay otros signos que sugieren más cambios. En la Argentina, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, aunque no conforma la ALBA, constantemente ha dado muestras de afinidad con el régimen del recientemente fallecido presidente venezolano. A la presidente aren tina, como a Maduro, no le está yendo bien; las denuncias de corrupción de altos funcionarios y, concretamente, las acusaciones de un enorme enriquecimiento de la jefa de Estado, de su Vicepresidente y de encumbrados allegados al kirchnerismo, estarían erosionando el apoyo que gozó la señora Fernández cuando fue reelecta en 2011. Si bien en un artículo de prensa se atribuye el aceleramiento de este deterioro –que ya se había manifestado en masivos “cacelorazos”- del respaldo ciudadano a la presidente, a “El efecto Lanata (Jorge Lanata; uno de los periodistas más populares y acerbo crítico del actual gobierno argentino) en la imagen de Cristina”, su autor, el columnista de La Nación, Fernando Laborda, también afirma que “el eje de las preocupaciones económicas de la sociedad pasa por la inflación y, en forma cada vez más creciente, por el desempleo”.

Próximamente se realizarán en la Argentina elecciones para renovar el Congreso, las que podrían marcar que al kirchnerismo también le esta llegando el ocaso.

Y recobra vigencia el refrán: Cuando veas afeitar las barbas de tu vecino, pon las tuyas a remojar.


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