Implicancias de la Nueva Cooperación Argentino-Brasileña
- Alejandro Deustua
- 28 nov 2007
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En su primer viaje al exterior como presidente electa de Argentina, Cristina FernĆ”ndez de Kirchner ha indicado que desea profundizar la relación estratĆ©gica con Brasil. Ćsta, iniciada en 1989, canceló nominalmente la rivalidad entre esas dos potencias suramericanas y avanzó notablemente desde la creación del MERCOSUR (entidad cuyo eje es el argentino-brasileƱo) en 1991. Pero tambiĆ©n ha padecido la crisis económica brasileƱa de 1999, la argentina de 2001, el estancamiento de esa agrupación regional y la fricción entre sus miembros.
Superada la crisis, hoy Argentina se aproxima al Brasil procurando un mayor acercamiento en los campos comercial e industrial, energĆ©tico y tecnológico. A la luz de la necesidad argentina de replantear su polĆtica exterior, ello no debiera llamar la atención y menos cuando los temas se encuadran, en apariencia, en la denominada "baja polĆtica" (en lo que respecta a los dos Ćŗltimos sectores Argentina desea una aplicación en su subsuelo marĆtimo la avanzada tecnologĆa brasileƱa de exploración y explotación petrolera ademĆ”s de pretender un mejor acceso a las fuentes de gas boliviano).
Sin embargo, la cooperación energĆ©tica y tecnológica discutida, que normalmente merecerĆan la clasificación mencionada, debe definirse en los mĆ”s convencionales marcos de la "alta polĆtica" y de la innovación estratĆ©gica. En efecto Argentina ha planteado a Brasil un salto cualitativo en la cooperación nuclear y satelital. Ćsta se traducirĆa en la disposición inicial a producir pequeƱas y medianas centrales nucleares con mercados en Asia y Europa para generación de energĆa. Y tambiĆ©n en la exploración conjunta de posibilidades de desarrollar y lanzar aparatos satelitales destinados, en apariencia, a vigilancia y exploración terrena. Como es evidente, ello incrementarĆ” extraordinariamente la capacidad e influencia de esas dos potencias.
En tanto el PerĆŗ ha establecido un vĆnculo de "asociación estratĆ©gica" con Brasil (hoy algo desmerecida) que incluye el campo de la vigilancia satelital la evolución de la tecnologĆa en el AtlĆ”ntico suramericano es una buena noticia. Lo mismo ocurre en materia nuclear en tanto el PerĆŗ mantiene una vieja (aunque mĆnima) vinculación cooperativa con Argentina en este sector. Teniendo en cuenta que la inversión y el gasto en investigación y desarrollo en nuestro paĆs es insignificante, la disposición cooperativa argentino-brasileƱa deberĆa poder generar externalidades beneficiosas para el PerĆŗ aprovechables si nuestras autoridades reaccionan rĆ”pido y bien.
Pero ocurre que en el campo nuclear, importantes autoridades militares brasileƱas desean acelerar un desarrollo nuclear que incluya el acceso a capacidades para construir armas nucleares de acuerdo a fuentes periodĆsticas. Ello implicarĆa la disposición de miembros del complejo militar industrial brasileƱo (que ingresarĆ” a un proceso de ampliación) a construir un submarino nuclear y a considerar una eventual denuncia del Tratado de No Proliferación Nuclear.
En tanto esta disposición incrementa la brecha de poder en la región y, por tanto, cambia los tĆ©rminos del equilibrio, esa decisión debe ser observada con la mayor atención. Especialmente cuando Ć©stas se enmarca, en el Brasil, en nuevas percepciones de amenaza que consideran posible el conflicto con vecinos (especialmente andinos, que no incluyen al PerĆŗ -lo que no es necesariamente nuevo-, segĆŗn reporta algunos medios en función de una encuesta aparecida en la revista Veja) y en el incremento de la necesidad de proteger los recursos brasileƱos (agua, petróleo, amazonĆa) en un escenario global crecientemente incierto.
En esta perspectiva "realista", el enfoque cooperativo argentino-brasileƱo cambia aƱadiendo a la disposición del incremento de la interdependencia el del incremento del poder. Si esa evolución se ha producido, la erosión de los regĆmenes de integración y los intentos de restablecerlos por la vĆa bilateral cambian tambiĆ©n de signo.
AsĆ, la indecisión brasileƱa sobre la aprobación del acuerdo de incorporación venezolana al MERCOSUR no converge con el interĆ©s argentino de que el proceso se acelere. A su vez, Ć©ste estarĆa calificado por una connotación de menor peso integracionista. En efecto, incorporar a Venezuela tendrĆa importancia económica para Argentina: a pesar de que ese Estado podrĆa acceder al mercado de capitales si normaliza su situación con el Club de ParĆs y con los tenedores de bonos, el acceso a recursos financieros seguros en tiempos de desaceleración global cuando no se cuenta con credibilidad establecida es ciertamente un activo apreciado. Pero tambiĆ©n tendrĆ” importancia estratĆ©gica extraregional: Argentina patrocinarĆa un acuerdo de libre comercio del MERCOSUR con Israel al tiempo que su relación con IrĆ”n estĆ” seriamente afectada por el caso AMIA.
Aunque Venezuela (es decir, ChĆ”vez) difĆcilmente cederĆ” en su relación con IrĆ”n porque su ambición de establecerse como una potencia emergente antisistĆ©mica de alcance global es superior, el planteamiento argentino dice mucho de cómo ha evolucionado la relación entre integración y poder en la región.
En ese marco puede entenderse mejor el conflicto argentino-uruguayo sobre el establecimiento y la puesta en marcha de la empresa Botnia: un caso de origen ambientalista quizƔs sobredimensionado ha derivado en un conflicto entre Estados con distintos intereses nacionales en juego.
El Perú ciertamente debe procurar aproximarse al proceso de cooperación argentino-brasileño. Pero debe hacerlo teniendo en cuenta la nueva configuración de poder actual y futura en la región.




