El TLC: Un Instrumento De Inserción Plural
- Alejandro Deustua
- 6 dic 2007
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El TLC con Estados Unidos que el Congreso norteamericano ha aprobado con tanta morosidad abre al paĆs un nuevo horizonte estratĆ©gico. Ćste deriva de la connotación polĆtica y de seguridad del acuerdo, de su empleo extraeconómico por la polĆtica exterior peruana y de su mĆ”s amplia instrumentación por la polĆtica exterior norteamericana.
En consecuencia, el Perú tiene ahora oportunidades de inserción que superan las que permiten los acuerdos de libre comercio normados por el GATT y la OMC, trasciende las de los sectores contratados por el TLC (inversiones, servicios, etc.) y ciertamente desborda el libre acceso contractual al mayor mercado nacional del mundo.
La base de esa inserción se fundamenta en el vĆnculo externo que procura la consolidación democrĆ”tica del PerĆŗ y el mejoramiento de las condiciones de su desarrollo y de su estabilidad. Y aunque no forme parte del PreĆ”mbulo del acuerdo especĆfico, el vĆnculo seguridad correspondiente queda establecido por el marco normativo del TLC en torno a la lucha contra el narcotrĆ”fico y/o el narcoterrorismo y otras anomalĆas (como la corrupción).
En efecto, aunque el TLC desplaza al ATPDEA (que debiera seguir vigente para el perĆodo de trĆ”nsito), las motivaciones de seguridad explĆcitas en esa norma (y en su antecedente, el ATPA) sobreviven a su caducidad. Ćstas quedan reforzadas por los objetivos parciales de la ley que habilitó al Ejecutivo norteamericano a negociar (el TPA) refrendados por la Estrategia de Seguridad de los Estados Unidos de 2006 que considera a los acuerdos de comercio como parte integrante de la misma. Ello abre para el PerĆŗ oportunidades de cooperación adicionales en ese sector.
Por lo demĆ”s, la aprobación del TLC fortalece la capacidad negociadora del PerĆŗ en la formación del arco del PacĆfico latinoamericano. Aunque este escenario se estĆ” articulando mediante mecanismos de convergencia comercial, esa aproximación debe ser superada para aprovechar el completo potencial de sus miembros. Ćste se deriva de la condición democrĆ”tico- representativa de los mismos y, salvo Ecuador, del hecho de haber negociado acuerdos de libre comercio con Estados Unidos. La masa crĆtica de intereses comunes que organiza ese vĆnculo constituye un poderoso y nada retórico mecanismo de integración regional que recorre de sur a norte las costas del PacĆfico americano.
Ese potencial definido por la articulación de su proyección marĆtima, debe ser aprovechado por el PerĆŗ para fortalecer los vĆnculos de integración continental con socios que participen de principios y normas de comportamiento similares. En la subregión andina, ese socio es Colombia (que sigue esperando que el Congreso norteamericano no se rinda al aislacionismo). Esta relación fundamental para el fortalecimiento del mercado y la estabilidad democrĆ”tica andinos, tan golpeados por experimentos "refundadores", debe ser potenciada en la próxima visita del Presidente Uribe a Lima.
En ese marco, el piso americano de la negociación de arquitectura variable entre la CAN y la Unión Europea, queda fortalecido para el Perú. Aunque no dependiente sólo de él, nuestra mejor inserción en Occidente es también una función del TLC con Estados Unidos. Arraigado en ese núcleo, el Perú encontrarÔ ahora mucho mejor porvenir también en el Asia.




