Tres Meses de Desmanes
- Alejandro Deustua
- 27 abr
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 8 may
28 de abril de 2025
Al final de tres meses de persistente destrucción del sistema comercio internacional, de grave afectación de la economía global y de hostilidad contra aliados y socios en que se ha embarcado el Sr. Trump, una nota de indulgente optimismo ha surgido de la mayor autoridad del FMI: la Sra. Georgieva no percibe signos de recesión internacional.
Al tanto de la incertidumbre de los mayores agentes económicos que dan cuenta de un incremento del riesgo recesivo (JP Morgan elevó ese riesgo de 40% a 60% y otros coinciden en ese aumento sin definición de nivel) y de alta volatilidad financiera, la directora gerente del FMI expresó su opinión temiendo que las peores expectativas se transformen en realidad.
Pero la realidad es dura: si con anterioridad a la toma de posesión del Sr. Trump una cierta estabilidad fundaba perspectivas de crecimiento de 3.3%, hoy, en un marco de gran inestabilidad, esa perspectiva ha caído a 2.8%. El brusco deterioro se expresa también en una gran reducción del comercio global de 3.8% (2024) a 1.7% (2025) que dañará más a los países en desarrollo.
Las arbitrarias e inconsistentes medidas arancelarias del Sr. Trump son responsables directas de este schock proteccionista no visto en un siglo (un aumento de 2.5% a 27% en promedio) agravado por retaliaciones anunciadas. La suspensión por tres meses no se aplica a China implicando ya una reducción considerable de la carga naviera.
Si se tiene en cuenta que el principal mensaje del FMI para confrontar el schock no es la negociación multilateral sino la cooperación entre países para reforzar la resiliencia (en lo interno, mejorar fundamentos, reservas y aplicación de reformas estructurales) es claro que estamos frente a un shock permanente.
Su dimensión actual se mide por la reducción de la perfomance de los principales motores del crecimiento (la de los países desarrollados pasa de 3.3% en 2024 a 2.8% en 2025 y la de China, de 5% a 4%, respectivamente). Y también de los países emergentes de 4.3% a 3.7% con pequeñas perspectivas de recuperación (3.9% en 2026) cuya vulnerabilidad es relativamente mayor por su exposición al comercio global.
El caso es especialmente alarmante para los países de menor desarrollo afectados por el empeoramiento de las condiciones financieras internacionales. Y también es escandaloso: el conjunto de los países del sistema están siendo hostigados con aranceles bilaterales desmesurados cuando sólo alrededor de una decena de ellos serían “responsables” del 90% del déficit norteamericano (que es también un “problema” de consumo) (UNCTAD).
Es que el Sr. Trump no sólo desea resarcir sus pasivos sino esterilizar el sistema multilateral y que sus miembros devengan en tributarios para, además de sustituir importaciones, solventar la reducción de impuestos que desea implementar. Las decenas de tributarios (calificados indecorosamente por Trump y denominados “suplicantes” por otros), buscarán atención preferencial promoviendo mayor arbitrariedad y corrupción. Ello es hoy confundido con prudencia en diplomacia.
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