La Dimensión Internacional de la Revuelta
- Alejandro Deustua
- 12 jun 2009
- 2 Min. de lectura
El paĆs acaba de albergar un movimiento de protesta con evidente dimensión internacional.
En efecto, en tanto los decretos legislativos que se cuestionan implementan el acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, la nueva relación con esa potencia ha sido tambiĆ©n arriesgada. Y dado que la modalidad violenta y delictiva de la protesta tiene parĆ”metros e instrumentos ostensiblemente generados por el gobierno boliviano, la relación con ese paĆs tendrĆ” que ser revisada. Finalmente, en tanto que los derechos de las minorĆas estĆ”n en el centro de la cuestión y aquĆ©llos estĆ”n asociados a problemas globales y al cumplimiento de normas internacionales, esta aproximación debe ser mejor atendida por nuestra polĆtica exterior.
Si los decretos en cuestión normaban sustantivamente un habitat (el Ômbito forestal y de fauna) que afecta el modo de vida de un grupo humano y la forma de explotación económica de la región, el régimen de propiedad y de titulación correspondientes, es evidente que la consulta con los habitantes del Ôrea debió realizarse con mayor consistencia y prolijidad desde el principio.
Sin embargo, el corto plazo establecido para la implementación del TLC, el sentido de urgencia propio de la delegación de facultades legislativas y el predominio de la orientación tecnocrÔtica de los implementadores conspiraron para devaluar la importancia de la consulta.
Ello no implica que un acuerdo trascendental para mejorar la inserción externa del PerĆŗ deba ser erosionado. Pero sĆ muestra que el TLC debe permitir mejorar los tĆ©rminos de su aplicación: si el tratamiento diferencial no fue adecuadamente considerado en la gestación del acuerdo, debe adoptarse como criterio fundamental en su aplicación. La contraparte debe poder entenderlo teniendo en cuenta que las circunstancias actuales no son las de 1994 cuando, a pesar de que un levantamiento mayor se produjo en el sur de MĆ©xico inmediatamente despuĆ©s de la suscripción del NAFTA Ć©ste pudo implementarse generando extraordinario crecimiento exportador (y tambiĆ©n problemas para el campo). A diferencia de la insurgencia mexicana de 1994, que se gestó localmente, el movimiento contestario que hoy emerge en el PerĆŗ tiene fuerte imbricación externa El clima que ha contribuido a la violencia en la selva tiene origen en el altiplano boliviano y el presidente Morales ha contribuido a generarlo. No sólo lo ha hecho personalmente incitando a las comunidades indĆgenas a pasar de la rebelión a la revolución sino que voceros de su partido (el MAS) han confirmado que su proyecto consiste en erradicar a los gobiernos liberales de la región. Esta agresión contra el orden interno de un vecino tiene que ser denunciada en la OEA y en la ONU y contenido en la región.
Especialmente si el tratamiento internacional de los pueblos indĆgenas y tribales es distorsionada por maniqueas influencias ideológicas que complican la aplicación responsable de normas de inclusión como las de la OIT.
Nuestra polĆtica exterior debe recalibrarse al respecto mĆ”s allĆ” de la rĆ”pida y sensata respuesta informativa con la que ha reaccionado. MĆ”s aĆŗn cuando la percepción externa del Estado y el escenario interno han cambiado.




