Al término del Foro Económico Mundial sobre América Latina, el Ministro de Economía Luis Miguel Castilla alertó sobre los riesgos de la complacencia entre los países de mejor perfomance en la región al focalizar su atención en la pérdida de mercado de las exportaciones latinoamericanas en el último cuarto de siglo.
El Ministro tiene toda la razón al respecto. Pero la tendría más aún si se preocupara complementariamente por las pérdidas de peso específico de América Latina frente a la emergencia de Asia en relación al conjunto de capacidades económicas del área y si enfatizara el escaso progreso de nuestro mercado intra –regional en relación a los demás. Éstos, antes que la relación general de las exportaciones con el mundo, son los verdaderos problemas estratégicos latinoamericanos en el campo comercial.
Ello implica que la comparación con los países desarrollados es menos importante en términos de tendencia de largo plazo porque esos países han perdido mucho más participación que América Latina y porque la brecha con ellos se ha estrechado. Por lo demás, en tanto ésta sigue siendo amplísima lo importante con ello es el tipo inserción.
En efecto, la participación de la primera superpotencia en el comercio internacional ha decaído de manera importante. Así, mientras en 1984 las exportaciones estadounidenses representaban 12% de las exportaciones globales, en 2010 éstas se reducían a 9.5% (1). Similar tendencia registraron las ventas de la Unión Europea que a principios de la última década del siglo XX exportaba 20.8% del total para descender a 19.5% a finales de los 90 (2).
En cambio las exportaciones latinoamericanas no descendieron tanto entre el 2000 y el 2010 descendiendo o manteniéndose en torno al 5% (aunque fueron inferiores a su PBI que tiene un peso global de 8.2%) según la CEPAL (3).
La realidad asiática fue notablemente distinta. Así, entre 1967 y 2007 las exportaciones del Este y el Sur de Asia crecieron extraordinariamente incrementándose de alrededor de 5% a 19% del total mundial (4).
Si, como se ve, la participación de las exportaciones suramericanas descienden ligeramente o tienden a mantenerse desde principios de siglo y la de los países desarrollados descienden mucho más, la brecha se debe haber ha reducido, reiteramos. En cambio con Asia, la brecha se ha ampliado exponencialmente.
De otro lado, si se considera comparativamente el comercio intra-regional, que es el que genera proporcionalmente más empleo porque coloca productos con mayor valor agregado, la pérdida de competitividad latinoamericana es notoriamente más evidente.
En efecto, hacia el 2007 (un par de años antes de que la crisis afectara seriamente el comercio latinoamericano) el comercio intra-MERCORSUR respondía, según ALADI, por un respetable 29% de las exportaciones de sus integrantes mientras que las de la CAN representaban sólo el 5% del total de sus ventas. Así, en el agregado, el comercio intra-sumericano (CAN-MERCOSUR) era apenas del 11%. Cuando se consideró al conjunto latinoamericano la ALADI reportaba para ese año un más optimista intercambio intra-regional 19.4% (lo que marca la importancia de México y de América Central especialmente para los países del norte suramericano) (5).
Ello no es aliciente pues, luego del impacto de la crisis en el 2009, el comercio intrarregional se recuperó más lentamente que el extra -regional representando en 2010 apenas el 15.9% de las exportaciones totales (6). Esto ocurría después de 48 años de esfuerzo latinoamericano de integración comercial.
Aunque en un marco de diferente contabilidad, un año más tarde (hacia el 2011) la dimensión intra-regional del comercio latinoamericano había crecido a 26.7% según la OMC (7).
A pesar de ello, éste seguía siendo bastante inferior al intranortamericano (48.3%). Y ciertamente es muy inferior al 52.8% intrasiático mientras que el 70.6% del comercio intraeuropeo mantenía una distancia sideral.
En materia de generación de beneficios del comercio y de competitividad medidos por la intensidad del comercio intra -regional América Latina sólo supera al África (13%) y al Medio Oriente (8.8% que se explica por las exportaciones de petróleo que se orientan a mercados de fuera de esa región).
Ésta es el mayor déficit estratégico que, en materia comercial y desarrollo, padece la región. Si el Ministro de Economía deseaba preocuparse en serio, aquí tenía un escenario ideal. Hubiera sido adecuado plantearlo en la WEF América Latina.
(1) Federal Reserve Bank of New York: Current Issues in Economics and Finance, November, 2012 (2) Global Europe: Eu perfomance in the global economy, 2007 (3)CEPAL: Exportaciones de América Latina en los 2000 Facundo Albornoz (4) CEPPI: World Economic Overview 2008 (5) ALADI: Comercio Exterior en cifras, 2008 (6) ALADI: Comercio Exterior en cifras, 2011 (7) WTO: World Trade Developments, 2012
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