En el marco del aprestamiento orientado a revertir las medidas extraordinarias de estímulo adoptadas para combatir la crisis financiera, el FED acaba de incrementar su tasa de descuento de 0.50% a 0.75%. Sin embargo, dejó intacta la tasa interbancaria, que oscila entre 0% y 0.25%, en señal de que el objetivo ahora es establecer el marco para orientar las medidas de reversión de facilidades excepcionales y no el de implementarlas ya.
Sin embargo, en muestra de la alta sensibilidad que reina en los mercados, éstos han reaccionado vendiendo antes que comprando papeles en las plazas bursátiles y comprando antes que vendiendo dólares. Teniendo en cuenta que el ajuste vendrá más adelante, éste podría ser el inicio de una tendencia que cotejará con la proveniente del crecimiento global.
Por lo pronto, esa reacción muestra una volatilidad crecientemente especulativa que las prevenciones adoptadas por el FED no han logrado atenuar. En efecto, si el Comité de Mercado Abierto del banco central había anunciado en enero que el incremento de la tasas de descuento se produciría el 19 de febrero, los mercados deberían haber asimilado la medida con más sobriedad. Pero en lugar de ello, lo que se reporta es sorpresa.
En consecuencia, quizás las señas que el FED emite deban ser más explícitas y públicas en el futuro. Especialmente cuando el objeto declarado de las medidas es modificar, hacia el lado de la normalización, las facilidades crediticias que ha brindado en épocas críticas. Entre aquéllas, se encuentra la de promover que las instituciones solventes que han requerido de manera directa fondos federales a manera de respaldo financiero durante la crisis obtengan crecientemente esos recursos en el sector privado.
Pero si ese objetivo es distorsionado por la actividad especulativa facilitada por la sorpresa, ese tránsito puede no tener la estabilidad que se espera. Y si ello ocurre, los individuos y empresas van a ser afectados aunque el incremento de la tasa de descuento no tenga esa orientación.
En efecto, si el movimiento especulativo en los mercados bursátil y monetario supera la actividad “normal” del mercado del crédito, los agentes de la economía real se verán comprometidos como si el incremento de la tasa interbancaria (la que se cobran los bancos entre sí por el uso de fondos federales) se hubiera producido. Ello adelantaría el aumento de las tasas comerciales comprometiendo las tendencias de crecimiento económico actuales.
Por ello, las medidas adicionales que ya ha tomado el Comité de Mercado Abierto del FED (como el incremento de 0.25% a 0.50% del “bid” para subastas de fondos y el fin de las subastas extraordinarias en marzo próximo) con el propósito declarado de sentar las bases para la normalización crediticia (es decir, la reprivatización del sistema), deben ser comunicadas mejor a los mercados para cerrar el paso a la especulación excesiva (al respecto es necesario tener en cuenta que el incentivo para que éste se produzca se ha ampliado al incrementar el FED la brecha entre sus diferentes tasas buscando que las instituciones procuren fondos en el sector privado).
Una mejor gestión del sistema de señales del FED deber orientarse también a evitar que las autoridades económicas de los países en desarrollo adelanten innecesariamente la supresión de los estímulos económicos que aún permite crecer a sus respectivas economías.
Y para reducir los márgenes de volatilidad quizás el FED podría también informar qué esta haciendo para regular mejor el sistema financiero y coordinar adecuadamente esas medidas en el marco del G20.
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